El miedo es una emoción necesaria porqué nos avisa para protegernos frente a estímulos que percibimos como peligrosos y que nace del instinto de conservación. Pero cuando el miedo aparece en situaciones o objetos que no comportan un peligro real, se vuelve persistente, excesiva o irracional nos encontramos delante de un problema fóbico. Una persona que tiene una fobia siente un miedo exagerado que se desencadena por la presencia o la simple anticipación de un objeto o situación específica. En algunas ocasiones incluso puede aparecer malestar físico tal como temblores, mareos, sudoración excesiva o palpitaciones.
Se conocen numerosas fobias que se asocian a factores fácilmente identificables. Son fobias específicas, algunas de ellas muy comunes, como por ejemplo la fobia a la sangre, jeringas y otros procedimientos médicos; fobia a los insectos, arañas y otros animales; fobia a lugares elevados, espacios abiertos o espacios cerrados, fobia social (no debe confundirse con timidez), etc...
Evitar una situación fóbica es una "solución" que no hace sino incrementar el miedo a volverse a exponer a lo que da miedo y por tanto a aumentar la fobia. Hay otras formas de superar una fobia en un ambiente de seguridad y confianza.
"La vida es maravillosa si no le tenemos miedo"
Charles Chaplin

Fobias
